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Por Elizabeth Garet, consteladora familiar y terapeuta

 

Cada cosa que logramos en la vida lleva implícita una fuerza a la que no le damos el merecido reconocimiento.

Esa fuerza tiene dos apellidos. Cada uno contiene contiene 4 apellidos y esos 4 apellidos, a su vez, contienen 8 apellidos más.

Este sábado fue interesante entender como una cantidad hermosa de seres ancestrales, muchos ya no presentes en nuestra vida, guiaron en cada uno de nosotros 2 brazos y dos piernas con una fuerza increíble para llegar a la orilla.

Ninguno de nosotros tiene en conciencia la importancia de reconocer y tener en orden a nuestros padres en su debido orden: detrás, y no es literal, el orden es energético, es de alma, es de espíritu, es del rol que tomamos en vida.

Papá, detrás, a mi derecha y mamá, detrás, a mi izquierda. Ése es el orden. Ése es mi éxito y en ese orden, mirando a la vida, tengo fuerza y, a su vez, ellos, con su fuerza detrás y todas sus historias, me empujan a vivir la mía con las bendiciones de quienes ya no están.

Los que se fueron , los que lo hicieron bien y no tan bien, los que pasaron por este mundo merecen ser vistos y tener espacio en nuestro corazón aunque no los hayamos conocido.

Muchas generaciones, dolores, amores, encuentros, desencuentros , historias y leyendas han tenido que pasar en muchísimos años atrás para que hoy yo esté aquí escribiendo esto y dejándole a mis nietos, que aún no han nacido, una nueva mirada de mujer y abuela muy distinta a todas mis mujeres detrás.

Cada generación, si sabe honrar a la anterior, será una nueva fuerza.

Tengo la más potente fuerza: mi papá y mi mamá. Por si no te has dado cuenta, sin ellos no eres nada ni nadie, pues no habrías nacido, no te habrías transformado y no lo estarías haciendo distinto.

Hoy soy un «Yo nuevo» con otra conciencia: «Mamá, Papá, gracias por la vida.

Si todo fue y es, nada cambio. Todo se hizo y y todo se hace como es y no como yo lo quiero.

Por favor, en esta nueva mirada, y con vuestro permiso, tomo todo de ustedes para transformarlo en una nueva forma distinta y en una nueva y distinta mirada de vida. Lo hago diferente, sin invalidar o criticar lo que ustedes hicieron. Gracias a eso soy quien soy y tengo lo que tengo.

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