Bávaro, La Altagracia, RD.- El Larimar es una variedad de pectolita que solo se encuentra en República Dominicana, se destaca por su color azul y blanco, y declarada piedra nacional en el año 2011, esta gema constituye un símbolo de la identidad y patrimonio cultural de la nación.

El 19 de febrero de 2021, RumbaPuntaCana publicó la triste noticia del fallecimiento de Larissa Méndez, hija de Miguel Méndez, la persona que descubrió la piedra nacional de República Dominicana: la piedra azul o Larimar.

En esa oportunidad, nos informaron que Méndez, al descubrirla, en el año 1974, en las costas de Bahoruco del sur de la República Dominicana, al descubrirla, la llamó “Larimar” (La piedra del amor) en honor a su bella hija Larissa.

A nuestra redacción nos llegó correspondencia aclarando y corrigiendo algunos puntos de esa publicación. Las acotaciones provienen de nuestro lector Juan Carlos González Suero, médico cardiólogo, hijo de Don Manuel González y la profesora Doña Sarah Suero, hoy viuda de González.

Nos escribe el Dr. González: “Quien descubre la piedra es el padre Miguel Fuertes, sacerdote y antropólogo que vivió en Barahona. Él, junto a un miembro del cuerpo de paz, viajó a la loma de los Checheses (…) El nombre se lo pusieron en el bufete de abogado de mi padre (yo estuve presente). Lo hicieron en un acuerdo de voluntades entre el Señor Miguel Méndez – comprador, empresario puerto platense – y el Dr. Manuel Eduardo González Feliz. Este último era abogado y representante legal de la sucesión González. Esta sucesión le vendió las tierras a Miguel Méndez en mi presencia”.

De acuerdo a la crónica de nuestro lector, en 1973, el Ingeniero geólogo Cayacoa Sanlate González, oriundo de Barahona, siguiendo las instrucciones de Don Manuel González, el abogado y padre de nuestro lector, envió muestras de la piedra al departamento de geología de Columbia, universidad y allí certificaron que se trataba de una “Pectolita azul”.

Relata González: “Mi padre le llamó y bautizó como ‘Pectolita Azul de Mar’”, y acota: “El Sr. Méndez quería ponerle “Lary”, en referencia a su hija hoy fenecida”.

Al momento de vender los terrenos, Miguel Méndez y Manuel González convinieron en el nombre y así resultó “Lari-Mar”. De esta forma, acota el cardiólogo, “se dio el apretón de manos que selló el nombre de la piedra y la firma de la venta de los terrenos. El nombre se le puso en la Casa número 51 de la calle Nuestra Señora del Rosario, frente a la catedral de Barahona, en 1974”. González lo informa con plena certeza: “Fui personalmente a llevarla, luego de comprar varios sellos de 25 centavos y de un peso, para darle fecha cierta al documento de venta. Yo era ayudante y mensajero de la oficina de mi padre”.

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